Bajo Grande: ya funciona la nueva planta de tratamiento de líquidos cloacales

Este viernes, el gobernador Juan Schiaretti, junto al intendente de la ciudad de Córdoba, Martín Llaryora y la senadora nacional, Alejandra Vigo, supervisó la puesta en funcionamiento de la nueva planta de tratamiento de líquidos cloacales de Bajo Grande.

La obra iniciada el 12 de diciembre de 2016 y forma parte de los trabajos de “Ampliación de la capacidad de tratamiento de líquidos cloacales y construcción de colectores principales de la Ciudad de Córdoba”.

Al respecto, Schiaretti afirmó: “Esto es el cimiento para que nuestra querida ciudad de Córdoba pueda tener saneamiento, pueda cuidar la ecología y tener más salud para los cordobeses”.

La ejecución del proyecto forma parte del plan de saneamiento impulsado conjuntamente por la Provincia y el Municipio. Demandó una inversión de 24.431 millones de pesos, financiados con fondos nacionales en un 70% y provinciales en un 30%.

Al respecto, el mandatario provincial destacó el cumplimiento del compromiso asumido por parte del estado nacional en 2016.

«Con la misma convicción que digo que no se está trabajando en la Autopista de la Ruta 19, debo decir que el Estado Nacional, en la obra de las colectoras troncales de la ciudad de Córdoba y la ampliación de la planta de Bajo Grande, cumplió. Cumplió el anterior Gobierno Nacional y el actual Gobierno Nacional. Cumplieron con sus obligaciones y hoy podemos llegar a buen puerto y comenzar a tratar de manera diferente los líquidos cloacales en Córdoba», dijo Schiaretti.

De esta manera, la planta de Bajo Grande en su totalidad beneficiará a 1,9 millones de ciudadanos, aproximadamente y está proyectada para los próximos 20 años.

El ministro de Servicios Públicos, Fabián López, explicó que la nueva planta tendrá una capacidad de tratamiento de 10.000 m3/hora, lo que sería equivalente a medio Dique San Roque depurado por año. Además, posee una superficie de 27 hectáreas, equivalente a 40 canchas de futbol como la del estadio Kempes.

En la ejecución estuvieron afectados 220 obreros en promedio mensual, mientras que 65 ingenieros trabajaron en distintas ramas y durante el transcurso de la misma.

“Es una obra que hace más de 30 años tenia planificada la Municipalidad de Córdoba y que no se llevaba adelante. Decidimos hacerla y acá está para que Córdoba progrese, para que pueda tener más cloacas, porque además tiene un Intendente que hace las redes como corresponden”, resaltó Schiaretti.

Por su parte, Llaryora sostuvo que “es una obra civil única en Argentina” que posibilita el crecimiento y desarrollo de la capital cordobesa: “Córdoba tenía demorada la posibilidad de elevar la construcción (de inmuebles), porque no había posibilidad de dar habilitaciones. Esto mejora toda la potencialidad de nuestra ciudad y nos da previsibilidad en el tiempo. Obras como estas nos permiten que Córdoba cada día esté mejor”.

Detalles de la obra

La nueva obra comprende 27 hectáreas y se construyó sobre un predio de 50 hectáreas, contiguo a la planta existente. A partir de su puesta en funcionamiento, la nueva Planta de Bajo Grande es operable en dos módulos, cada uno de los cuales podrá tratar 5000 m3/hs, ante variaciones estacionales. Los mismos están compuestos de tres sedimentadores primarios, unidad de bombeo de barros primarios, concentradores de grasas, sala de sopladores, entre otros.

Además, contará con una estación transformadora con generación alternativa, que le permitirá atender la demanda ante un colapso del sistema de alimentación eléctrica externo, sin poner en riesgo la generación de oxígeno para la biodigestión. La estación transformadora también atiende los requerimientos de la planta existente.

Cabe destacar que está obra brinda numerosos beneficios ambientales, ya que el volcamiento se realiza cumpliendo todos los estándares normativos, permitiendo la recuperación del ecosistema y garantizando el cuidado del recurso, que es vital para todas las localidades aguas abajo, y la Laguna Mar Chiquita o Mar de Ansenuza.

Sumado a esto, se comenzará la instalación, como ampliación de proyecto, de un complejo ingenieril de recuperación de gases para biogeneración, que aportará el 20% de la energía necesaria para los procesos internos. Se pretende así, implementar una fuente alternativa, ecológica y apuntando neutralidad al carbono para proteger la capa de ozono.